Ann, ¿puedes abrazarme fuerte?
Tengo un problema, lo conoces, y sé que te parece inmensamente fácil arreglarlo. Incluso tratándolo como no debiera, sé que piensas que podría solucionarlo tan pronto como quisiera. Pero no es así.
No estoy haciendo comparaciones, creo que me entiendes. Debes saber también que hay dos cosas que me hacen sentirme muy triste. La primera es que tú tengas otro, que lo hayas tenido durante un tiempo y no hayamos sido capaces de compartirlo. La segunda, pensar por un solo instante que te fueras. No tengo ninguna duda en que vas a conseguir arreglarte, y en que algún día estarás arreglando al resto, empezando por mí. Pero eh, no se puede afirmar nada, no somos tan fuertes, y no hay más oportunidades que una. Ciertas cosas, solo ocurren una vez.
Te he admirado siempre, y siempre me has gustado. También quiero que estés siempre.
Y no quiero que llores al recordar momentos más fáciles o felices, si no que los recordemos con una caña, un whisky, y promesas de noches que en un año, pasarán a ser iguales a recordar.
No es fácil, ni tan difícil. Tal vez te lo repita unas cuantas veces durante el próximo invierno, sé que me vas a dar la oportunidad de hacerlo.
Buenas noches morena.