stereo sonic

4.12.11

Sé tú quien me abrace esta noche.

   Hola, me llamo Diego. Quiero aprovechar este momento de intimidad y embriaguez para ser sincero. 

   No me gusta mi vida. Intento ver el lado positivo de todo cada mañana, y estoy cansado. Todavía me queda un mes para pedir una Erasmus al país de Nunca Jamás, pero pierdo las ganas cuando recuerdo que mi Peter Pan decidió no viajar nunca más conmigo. Me duele ver que la gente de la que decido rodearme, actúa para hacerme daño. Me siento gilipollas, estúpido, niñato. Y sin embargo, parece que siempre me equivoco.

   Sé que voy a volar lejos, aunque todavía no sea el momento adecuado. Me impongo demasiadas excusas, tengo inútiles ilusiones, y soy extremadamente suicida. Yanyan dice que debo ser el protagonista de mi vida, que tengo que cuidar únicamente de mi. Yo me/le convenzco de que algún día le haré caso. 

   Mamá dice que la vida trata de quemar cartuchos, y que debo reprimir mi impulso a prender la mecha del que está en la etapa siguiente. Pero, ahora que conseguí estar en la fase 'estudiante universitario bastante independiente', me gustaría hayarme en 'trabajador económicamente estable'. Tengo veinte años joder, simplemente... ojalá no pensara en todo esto. Ojalá nunca más quiera escribir borracho.

   Ojalá nunca se acaben los abrazos de Ana, ni las noches de fiesta en Logroño con finales tristes como este. Ojalá no me gustara tan poco dormir solo. Empezamos diciembre y empiezo a preparar mi carta a los Reyes Magos, que contiene los deseos que le pido al 2012. No pediré que el tiempo pase lento, ni hacer un trío, ni ser feliz. Voy a tratar de centrarme en mi carrera, la que en un futuro (próximo) me permita irme lejos, donde poder quemas el siguiente cartucho siendo económicamente estable, donde las ataduras que mi traumada mente me impone no permitan que sitúe a otra personas por encima de mí. 

   Y voy a construir este año con esfuerzo, buscando una satisfacción final que, aunque no felizmente momentánea, me aseguré otros logros. Es momento de volver a creer en mis expectativas, de no reducir mi persona a mi aspecto físico. De no caer en la trampa de valorar a los chicos de Twitter por sus followers en comparación con sus following. Voy a intentar éxitos, a programar viajes, a recuperar mi esencia. Aunque todo ello se caiga a la mitad, tengo energía suficiente para volver a querer mi vida. 





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